Cartas a Elena Francis es un proyecto que nace de una conversación íntima con mi abuela. Barcelona, 1950. Una ciudad inmersa en la posguerra nos sumerge en una historia real donde, durante una década entera, miles de mujeres confían su futuro, escrito en cartas, a un grupo de hombres que, bajo un seudónimo femenino, dictan respuestas alineadas con los valores tradicionales del régimen franquista: “Elena Francis”.

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Madrid, años 50. Mientras el país vive bajo la sombra larga del régimen, millones de mujeres escriben cartas desesperadas a un consultorio de radio llamado Elena Francis. Lo que ellas no saben es que, detrás de esa voz femenina y empática, se oculta un grupo de hombres obedientes al ideario franquista, que deciden —línea a línea— cómo deben amar, callar, perdonar y sobrevivir. Un espejismo de sororidad. Una trampa emocional al servicio del patriarcado.

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​Cartas a Elena Francis fue concebida originalmente como una miniserie. Pero hoy, junto a mi compañero creativo y guionista Adrián S. Liggeri, 

estamos adaptando esta historia para el teatro: una obra con una visión feminista, política y marcadamente marxista, que busca reabrir el eco de esas voces silenciadas y confrontar el legado emocional del fascismo. Una pieza íntima, radical y necesaria.

 

La propuesta teatral —prevista para estrenarse a mediados de 2026— me tendrá como productora ejecutiva y actriz principal, en una puesta en escena que combinará lenguaje epistolar, archivo sonoro y performance contemporáneo.

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Sinopsis: Elena Francis, el programa más

popular de la postguerra a donde miles de mujeres escriben todos los días es una absoluta mentira. El principal guionista, Alvaro Darín se encuentra en problemas cuando reconoce la letra de una de las oyentes, ya que es la mujer de la que se enamoró antes de que estallara la guerra. Cuando intenta salvarla de una relación tóxica con su marido todo se empezará a caer, en una historia sobre amor perdido, crisis en la dictadura y mucha crítica —a ambos lados— política.